
MONTE DORADO
En un rincón privilegiado del sur de España, donde las dehesas se extienden como mantos infinitos y el sol acaricia las encinas centenarias, nace Monte Dorado. No es una fábrica. No es una industria. Es un lugar donde el jamón ibérico se respeta como lo que es: una obra de arte viva, creada a fuego lento por la tierra, el animal, el tiempo… y el hombre.
Monte Dorado no es una marca más. Es una filosofía. Un compromiso con la pureza, con lo auténtico, con lo eterno.
NUESTRA ESECIA: ORIGEN, VERDAD Y LEGADO
Desde el primer día, en Monte Dorado supimos que no queríamos hacer jamón como los demás. Queríamos volver al origen. A la crianza noble, al respeto absoluto por el animal, a las curaciones largas, al corte delicado, al sabor que emociona.
Trabajamos con cerdos de raza ibérica —muchos de ellos 100 % puros— criados en libertad plena o semi-libertad, en un entorno natural que favorece el bienestar, la salud y el desarrollo de una carne excepcional. Alimentados con bellotas, pastos naturales o piensos seleccionados, nuestros animales son el primer eslabón de una cadena que cuida cada detalle.

NUESTROS JAMONES Y PALETAS SIN NORMA
NUESTROS SERRANOS, LOS DE TODA LA VIDA
Un corte. Una emoción. Una diferencia.
Abrir un jamón Monte Dorado es mucho más que abrir una pieza curada: es abrir una puerta a la emoción. Cada loncha, cortada con mimo, libera un universo de aromas, texturas y sabores que no se pueden explicar con palabras. Solo con el silencio de quien cierra los ojos y se deja llevar.
En un mundo cada vez más rápido, artificial y superficial, Monte Dorado es una invitación a detenerse, saborear y recordar lo que realmente importa: la autenticidad.


¿Por qué Monte Dorado?
Porque no vendemos jamón: compartimos cultura.
Porque no hablamos de tradición: la practicamos.
Porque no seguimos tendencias: seguimos la verdad.
Porque si has probado Monte Dorado, sabes que hay un antes y un después.
Una colección para quienes saben distinguir
Jamones y paletas 100 % ibéricos de bellota: joyas gastronómicas para los más exigentes.
Jamones y paletas 50 % ibéricos de bellota, cebo de campo y cebo: equilibrio, sabor y autenticidad.
Piezas fuera de norma: tesoros ocultos, con la intensidad de la bellota a precios irresistibles.
Embutidos ibéricos de bellota: lomo, chorizo y salchichón curados con el mismo respeto.
Accesorios profesionales: todo lo necesario para cortar, servir y disfrutar.
Selecciones gourmet para regalar: porque hay momentos que merecen algo más.
Cada producto Monte Dorado cuenta una historia. Una historia de esfuerzo, de origen, de carácter.
El arte de curar como se hacía antes
En Monte Dorado, el jamón no se produce: se cría, se cuida y se espera. En nuestras bodegas naturales, las piezas descansan durante hasta 48 meses, absorbiendo el alma del sur: su clima, su aire seco, su silencio.
Nuestros maestros jamoneros no trabajan con relojes, sino con experiencia. No buscan volumen, sino perfección. Cada jamón y cada paleta es diferente, y exige su propio ritmo, su propia atención. Y solo cuando alcanza el punto óptimo, se libera al mundo.
Porque en Monte Dorado, nada se fuerza y nada se improvisa. Todo se hace con intención, con alma, con propósito.
No entendemos el lujo sin ética. Por eso, en Monte Dorado apostamos por un modelo de producción que respeta el medio ambiente, fomenta el empleo rural y defiende una alimentación honesta y de proximidad.
Colaboramos con ganaderos locales, mantenemos viva la economía de nuestro entorno y trabajamos bajo principios de sostenibilidad real, no de fachada. Porque no hay excelencia sin conciencia.
Explora nuestra tienda, conoce nuestra historia, y sobre todo, déjate llevar por el sabor. Porque en Monte Dorado, no hacemos productos. Hacemos legado.
Bienvenido a la cima del ibérico.
Bienvenido a Monte Dorado.











